PRI nacional tiene en sus manos el futuro político del gobernador poblano

Por La Jornada de Oriente | Martes, Julio 29, 2014

La suerte del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas ha quedado totalmente en manos del PRI, pues al crearse en la Cámara de Diputados una comisión especial para investigar la represión en Chalchihuapan, la crisis que sufre el mandatario se podrá prorrogar por varios meses o años, pero además el dictamen final será votado por la Comisión de Derechos Humanos del Poder Legislativo, en donde el binomio del tricolor y el PVEM tienen una mayoría aplastante de 12 miembros contra siete del PAN–Partido Nueva Alianza.

Visto de otra manera, Moreno Valle acaba de entrar al mismo torbellino en que se metió su antecesor Mario Marín Torres, quien con motivo del llamado Lydiagate  tuvo que enfrentar un proceso en la Cámara de Diputados para determinar si procedía un juicio político en su contra y luego una investigación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para dictaminar si había cometido violaciones constitucionales, situación que metió al anterior mandatario poblano en una larga crisis política, de imagen y de credibilidad a lo largo de los años 2006 y 2007.

Marín para sortear la crisis tuvo que vivir y gobernar con un comportamiento de bajísimo perfil a lo largo de esos dos años para evitar que, cualquier incidente, conflicto o una declaración de prensa desafortunada, agravara o alterara negativamente el rumbo de las investigaciones en su contra. Esta situación lo obligó a aceptar una negociación electoral que lo llevó, en el año 2006, a dejar que el PAN derrotara al PRI en dos terceras partes de los distritos de Puebla, lo cual fue un factor que contribuyó al triunfo del entonces candidato presidencial Felipe Calderón Hinojosa.

Ahora se antoja imposible que Moreno Valle pueda templar su carácter –tal como lo hizo Mario Marín–, y por el contrario, su perfil de político duro, violento, autócrata e histérico seguramente lo llevará a seguir cometiendo yerros y a continuar con la persecución política contra sus críticos, lo que contribuirá a que se genere un resultado adverso para el mandatario en la investigación que emprenderán diputados federales.

En particular, la fracción del PRI saldrá a buscar un resultado negativo para Moreno Valle. El sábado las declaraciones de César Camacho Quiroz, presidente nacional del tricolor, quien dijo que sí podría haber responsabilidad penal del gobernador por la muerte del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, significó para los legisladores priistas una especie de “línea” en el sentido de que el Comité Ejecutivo Nacional del tricolor no va a tolerar que ningún diputado priista se ponga del lado del jefe del Poder Ejecutivo poblano.

Incluso se dio un detalle que no debe pasara desapercibido, consistente en que el reportero que supuestamente con espontaneidad le preguntó a César Camacho del caso de Chalchihuapan utilizó la expresión: ¿Qué van a hacer con el “gobernador bala” de Puebla?

En otra situación, Camacho se habría negado a responder a preguntas que incluyen epítetos. Pero al aceptar esa expresión, el líder priista está mandando el mensaje entre líneas de que, por ahora, no van a tener las más mínimas consideraciones con el gobernador que es autor de la fascista #LeyBala.

Sin aliados en la Cámara de Diputados

El panorama es muy complicado para Moreno Valle, ya que la comisión especial tendrá facultades para investigar y revisar todo, incluidas a las víctimas de la represión de Chalchihuapan, la actuación de la Comisión de Derecho Humanos del estado de Puebla que actuó como comparsa y el desempeño de la Procuraduría General de Justicia que nunca fue convincente en sus alegatos de que el niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo murió a causa de un cohetón, cuando existen evidencias de que una bala de goma fue la que le voló una parte del cráneo.

La investigación de esa comisión especial tendrá que ser revisada y aprobada por los miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, como paso previo para que el dictamen pase al pleno del Poder Legislativo.

Y en la Comisión de Derechos Humanos el gobernador no tiene aliados. Los dos únicos legisladores de Puebla son: la priista Rocío García Olmedo, quien se ha mostrado independiente del gobernador, y Roxana Luna Porquillo, la legisladora del PRD que se ha convertido en una auténtica pesadilla de Moreno Valle, ya que es quien encabeza una oposición valiente, decidida, fundamentada e incisiva del mandatario poblano.

Entre los miembros del PAN, que apenas son seis, no hay poblanos y al parecer habría dos legisladores que apoyaron a Ernesto Cordero en la pasada contienda por la dirigencia nacional de este partido y que vieron a Moreno Valle como el principal rival, ya que fue el artífice del triunfo del actual líder albiazul, Gustavo Madero. En cambio, hay 10 diputados del PRI, ninguno de ellos cercano a Moreno Valle, junto con dos legisladores del PVEM, que actúan siempre en concordancia con el tricolor.

Hay seis diputados del PRD, de ellos por lo menos dos estarían en contra del gobernador de Puebla, junto con otro legislador del PT y uno más de Movimiento Ciudadano, lo cual le daría al bloque anti–Moreno Valle una mayoría de 16 diputados.

El único incondicional que podría tener el mandatario poblano es el diputado del Panal, René Ricardo Fijiwara Montelongo, quien es nieto de Elba Esther Gordillo Morales, la defenestrada dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y ex mentora política de Moreno Valle.

Con esa circunstancia, lo mínimo que puede hacer Rafael Moreno Valle para evitar que la investigación lo siga hundiendo en una profunda crisis política es negociar para el PRI un resultado favorable en la siguiente contienda electoral federal. Es decir, que el tricolor gane casi todos o todos los distritos de la entidad.

Es decir, Moreno Valle tendrá que hacer lo mismo que Mario Marín en la elección de 2006, pero con resultados a la inversa, si es que quiere salvar el pellejo.