Gobernador poblano deberá cargar con el descrédito o solicitar licencia

Por Sin Embargo | Miércoles, Julio 30, 2014

Transcurren los días y los caminos se le cierran a  Rafael Moreno Valle. El gobernador poblano –salvo unos cuántos columnistas que se han convertido en sus voceros oficiosos-, se está quedando solo. Ni el PAN lo defiende. La avalancha de pruebas y testimonios en su contra por la muerte del niño José Luis Tehuatlie debido a la #LeyBala, es avasallante y prácticamente irrefutable.

Hoy, la pregunta que recorre a Puebla, y a todo el país, es: ¿Quién le cree a Moreno Valle?

Su gobierno está ahogado en el discurso de que al menor lo mató un cohetón lanzado por los manifestantes de Chalchihuapan… pero sin presentar pruebas. Sólo saliva. Y nada más.

Hoy, Moreno Valle no sólo está en vía –es casi un hecho- de perder su soñada candidatura presidencial, sino que deberá decidir, y pronto, entre gobernar sin fuerza, con un gobierno desacreditado, sin margen de maniobra y hundido en el desprestigio, o solicitar licencia al cargo.

¿Por qué?

Es elemental: porque no se puede gobernar con la etiqueta de “asesino” en la frente, como cientos de miles de poblanos ya lo ven hoy. Allí están las pancartas que cuelgan en los puentes.

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En los últimos días, mientras Moreno Valle y sus operadores han caído en la parálisis y solo han atinado a reunirse con columnistas a modo de diarios nacionales para darles “la versión oficial” y que sus plumas los conviertan en voceros que sin ningún pudor escriben la única versión que se atreven a publicar: la que les dicta el gobierno poblano, otros actores y medios locales –en especial Periódico Central-, han investigado –ellos sí- y revelado información que hunde, día tras día, al gobernador poblano.

Revisemos pruebas y testimonios que colocan a Moreno Valle y a su gobierno como mentirosos:

1) El gobierno de Moreno Valle sí usa balas de goma. La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDHEP) emitió la recomendación 60/2011 debido a que policías utilizaron balas de goma en contra de “paracaidistas” en el municipio de Chignahuapan. Textual: “El día 23 de agosto de 2011, los inconformes, junto con un grupo aproximado de 500 personas, se encontraban de manera pacífica en las inmediaciones del predio conocido como Cieneguilla…a partir de las 6:30 horas de ese día, alrededor de 200 elementos de la Policía Estatal Preventiva de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Puebla, llegaron en diversas camionetas y autobuses a ese lugar y con violencia comenzaron a desalojarlos del predio, lanzando petardos, gas lacrimógeno, balas de goma, recibiendo jalones de cabello, patadas, empujones, golpes mediante palos y macanas…”. (Valentín Varillas. Noticiero Al portador de la tarde. 23/VII/2014).

2) Un video valioso divulgado por Periódico Central muestra el momento justo en el que los policías del gobierno poblano comienzan a disparar en contra de los manifestantes de Chalchihuapan. Se escuchan detonaciones y se observan humaredas blancas que provienen de las filas policiacas. Los habitantes huyen para protegerse.

3) La fotografía es dramática: Martín Xelhua, con el rostro ensangrentado, tiene incrustada una bala de goma en la parte superior de la mandíbula izquierda, después de que la manifestación en Chalchihuapan fue dispersada por policías estatales. (Cuenta de Facebook de la diputada Roxana Luna).

4) Policías estatales entregaron al diario “Intolerancia” de Puebla, un escrito en el que confirman que dispararon en contra de manifestantes de Chalchihuapan con cartuchos de gas lacrimógeno caducos que, al no estallar, se convirtieron en proyectiles contundentes que hirieron a los habitantes. Aseguran los policías que recibieron órdenes de actuar de manera enérgica contra los manifestantes.

5) El portal digital e-consulta reveló el acta de defunción del niño José Luis Tehuatlie Tamayo, en el que se asienta como causal de su muerte el golpe que recibió en la cabeza, pero no el paro cardio-respiratorio irreversible que oficialmente dio a conocer el gobierno del estado la tarde del sábado 19 de julio. En ninguna parte del acta se señala presencia de quemadas o de pólvora en la cabeza del menor, como habría supuesto el estallamiento de un cohetón.

6) Los abogados de Elia Tamayo, madre de José Luis, mostraron fotografías del cadáver, con las cuales sustentan que no fue un cohetón el que mató al menor, como lo afirma el gobierno de Moreno Valle.

7) Para Ripley: Mario Tomás González Ricaño, el policía estatal que acusó a civiles de haber matado con un cohetón a José Luis, fue presentado el 9 de noviembre de 2011… ¡como integrante de una banda dedicada a la prostitución de menores y a la trata de personas! ¿Con qué calidad moral puede declarar un delincuente en contra de ciudadanos? ¿Cómo y porqué creerle?

8) El propio procurador de Justicia de Puebla, Víctor Carrancá, declaró que el niño Tehuatlie no se encontraba entre los manifestantes de Chalchihuapan, sino que se ubicaba en los campos de cultivo, con lo que contradijo a Moreno Valle.

9) La fracción parlamentaria del PRI en el Senado responsabilizó a Moreno Valle por la muerte de José Luis Teahutlie Tamayo, y presentó un exhorto a la CNDH para que investigue violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno morenovallista.

10) “Hay que repudiar la violencia y exigir que se haga justicia”, dijo el presidente del PAN, Gustavo Madero, tratando de exculpar a Moreno Valle de toda responsabilidad. Sin embargo, el líder panista no asumió una defensa absoluta de quien se considera su candidato principal a la presidencia de la República. De hecho, ningún panista –salvo el senador poblano, el ex priista Javier Lozano, que se aventó la barrabasada de decir que al gobernador “le tienen envidia”-, ha defendido a Moreno Valle.

11) Ni la esposa de Moreno Valle lo cubre. Martha Ericka Alonso, en su calidad de presidenta del DIF estatal, aseguró que “la violencia sólo genera violencia”. Con su declaración, solamente avivó la hipótesis de que la #LeyBala impulsada por su marido, es la que generó el enfrentamiento en Chalchihuapan.

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Las pruebas y los testimonios hunden a Rafael Moreno Valle, el político que siguió los pasos de su abuelo-gobernador del mismo nombre bajo el sello de la familia: la represión y la intolerancia, y que hoy se derrumba políticamente ante el cadáver de un niño.

Será difícil que Moreno Valle solicite licencia como gobernador porque para eso se necesita ética, y él carece de ella. Le restan dos años.

Ya veremos, entonces, cómo gobierna un cadáver político desde Casa Puebla. Twitter: @_martinmoreno