Presidencia envía mensaje gráfico al gobierno poblano

Por Intolerancia | Jueves, Septiembre 18, 2014

Ahora resulta que a Rafita, al igual que a Chuchita, lo bolsearon.

De acuerdo a las expectativas que el Señor de las Balas generó en torno a la investigación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el actual grupo en el poder esperaba un resolutivo cómodo y ambiguo que permitiera una defensa sólida del gobierno estatal y en particular de la figura morenovallista.

Para su mala fortuna, los espejitos que les vendió la familia Piña a través del junior Juan Pablo resultaron un fiasco y terminaron por sepultar las ilusiones presidencialistas del morador de la casona de Los Fuertes.

Todo indica que la historia que le vendieron al gobernador sobre la lealtad y amistad que el ombudsman tenía hacia los Piña resultó más falsa que un billete de tres dólares y que los supuestos compromisos que el titular de la CNDH había hecho para absolver al gobernador fueron parte de un mito que el morenovallismo creyó ciegamente y que hoy los tiene sumidos en la peor crisis del sexenio.

Salta a la vista que la soberbia del Señor de las Balas le impidió darse cuenta de que su poder era limitado ante el poder presidencial que marcó su destino político.

El cruel mensaje de Los Pinos

En la oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la República no se emite una sola fotografía sin que haya sido perfectamente estudiada. El hecho de publicar un par de fotos de la camioneta con Rafael Moreno Valle sentado en el asiento del copiloto, esperando a que Peña Nieto piloteara el vehículo es un claro mensaje de la sumisión del poblano y la fuerza del presidente.

En otro gráfica, se ve a Enrique Peña Nieto manejar sin voltear siquiera a ver a su copiloto.

Aquí las imágenes.

Espera hiriente.

En la misma camioneta, destinos opuestos.

Sin embargo, eso no es todo. Desde el arribo del presidente Peña Nieto a la ceremonia de inauguración del puente Gilberto Borja Navarrete, que cruza sobre el Río San Marcos, en Puebla, se mostró distante y frío con el inquilino de Casa Puebla, no así con el gobernador de Veracruz, Javier Duarte; Eruviel Ávila, del Estado de México, y José Francisco Olvera, de Hidalgo.

Un saludo distante.

Fuera de la primera línea.

¿Será el presagio de la tormenta que está por venir para Moreno Valle?

Lo que se ve no se juzga.