Sin admitir excesos, Puebla libera a opositores al Gasoducto

Por La Jornada de Oriente | Jueves, Octubre 2, 2014

La situación de los tres presos políticos Enedina Rosas Vélez, Abraham Cordero Calderón y Juan Carlos Flores Solís dio un inesperado giro de 180 grados la noche de ayer, al abrirse la posibilidad de que queden libres en los próximos días. Ese cambio no obedece a que el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas haya admitido excesos o abusos –que sí los hay– en los procesos penales contra los dirigentes campesinos, sino a la necesidad imperiosa del Poder Ejecutivo de frenar el enorme desgaste de imagen y confianza que enfrenta el mandatario.

Una fuente confiable señaló que el gobierno morenovallista decidió aprovechar la coyuntura de la crisis que se vive en Iguala, Guerrero, por la masacre que se desató contra estudiantes normalistas de Ayotzinapa y los miembros de un equipo de futbol, para buscar encontrar una salida a una larga lista de conflictos políticos que enfrenta el gobierno del estado.

La atención mediática nacional se ha centrado en lo ocurrido en Guerrero y en Tlatlaya, Estado de México, en donde presuntamente un pelotón del Ejército ejecutó a un grupo de 22 supuestos delincuentes. Esa condición la estaría utilizando Moreno Valle para abrir válvulas de escape y evitar que se le señale por la prensa nacional de estar cediendo ante sus opositores y críticos.

A eso obedece que primero se aceptó el regreso del servicio del registro civil a 208 comunidades que están alzadas en contra de los abusos del gobernador. Aunque tal movimiento no implica ningún cambio a la Ley Orgánica Municipal, es un hecho que pone en evidencia que fue un abuso, un exceso, una tontería, retirarles sus funciones a los presidentes auxiliares.

Otro asunto que se ha buscado zanjar es el de los tres presos ambientalistas que están acusados de delitos absurdos, como es el caso de Enedina Rosas, a quien siendo una mujer bajita de estatura, de 55 años de edad, el Ministerio Público la acusó de robarse dos teléfonos celulares entre un grupo de siete varones, quienes –de acuerdo al dicho oficial– de manera conjunta no pudieron evitar el hurto, pese a que lo vieron. Todos los acusadores desaparecieron una vez que la ambientalista pisó la cárcel de Atlixco. Es decir se le señaló de un delito falso.

Ante la opinión pública nacional la imagen de Moreno Valle en los últimos  meses dejó de ser la del político hábil que gana todas las elecciones y tiene facilidad de entablar alianzas con cualquier fuerza política. Su fama de represor, intolerante, colérico y abusador ha escalado en la opinión pública.

Sabedor de que cada día, semana o mes que pase sin resolver los conflictos que enfrenta se acabará incrementando su mala fama, el gobernador ha decidido empezar a dar marcha atrás, pero sin que se haga mucho ruido en torno a esta decisión.