Pleito judicial Bartlett-Lozano, a punto de resolverse

Por La Jornada de Oriente | Jueves, Octubre 30, 2014

Luego de un año de espera, entre esta y la próxima semana la Tercera Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) deberá fallar sobre una apelación que definirá el litigio que enfrentan los senadores Manuel Bartlett Díaz y Javier Lozano Alarcón desde la campaña electoral de 2012. Se dice que todo apunta a que la resolución sería favorable para el primero. Lo interesante del caso es que existe el compromiso público de que si pierde Bartlett, su abogado Carlos Meza Viveros dejará de litigar y se irá de Puebla; y si el resultado es adverso para Lozano, éste pedirá licencia como legislador federal.

¿Cumplirán su compromiso Lozano y Meza, respecto a los retos lanzados? Ambos en diferentes foros han dicho que llegaron al extremo de hacer esos ofrecimientos porque están seguros de que van a ganar. Siempre que Manuel Bartlett sube a la tribuna del Senado, desde su curul, Javier Lozano le grita: “Ya págame mi daño moral”, en alusión que en la primera sentencia del caso él obtuvo una resolución favorable.

Mientras que Carlos Meza ha sostenido que fue deficiente la actuación del Juzgado Décimo de lo Civil de Puebla, que el 1 de octubre de 2013, bajo el expediente 635/2012, condenó a Manuel Bartlett por daño moral contra Lozano. El litigante sostiene que si el TSJ actúa con independencia y sin sesgos políticos, necesariamente tendrá que haber un fallo que eche abajo la primera sentencia y se acabe exonerando al ex gobernador de Puebla.

La defensa de Bartlett –por medio del jurista Carlos Meza Viveros– ha utilizado una argumentación inobjetable en las figuras llamadas real malicia o sistema de protección dual, que es un protocolo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) había establecido para analizar los límites de la libertad de expresión, derecho consagrado en el artículo 6 de la Constitución.

Esas teorías de la real malicia o sistema de protección dual establecen que: en caso de producirse injurias, ofensas o descalificativos en un escenario de debate y entre dos personas con proyección política, el umbral de tolerancia que los protagonistas deben tener es indefinido por estar expuestos ante el escrutinio público.

De ahí la relevancia del litigio Bartlett–Lozano, ya que si el TSJ le acaba dando la razón al segundo de estos senadores se establecerá un mal precedente para el debate político, ya que ninguna figura pública querrá participar en una discusión pública porque ello conllevaría al riesgo de que acabe enfrentando demandas por daño moral.

El litigio que nos ocupa es resultado de que simple y sencillamente Javier Lozano no mostró tolerancia al intercambio de ideas en un par de debates públicos, que de manera espontánea, se produjeron en los noticieros radiofónicos de los colegas Carlos Martín Huerta Macías e Iván Mercado.

Sin debate, simplemente no hay democracia, por lo cual es inválido que un político se sienta agraviado por el intercambio de ideas y de trayectorias en una discusión pública, donde quien tiene que juzgar es la opinión pública y no un juez.

Historia de un litigio

Durante la campaña electoral de 2012, en la lucha por un escaño en el Senado, Manuel Bartlett, quien era candidato del Partido del Trabajo (PT), y Javier Lozano, quien había sido postulado por el Partido Acción Nacional (PAN), protagonizaron un rifirrafe mediático que poco a poco fue creciendo en intensidad.

Ese debate se caracterizaba porque a Lozano le gustaba lanzar injurias, epítetos y descalificaciones, es decir sus argumentos no tenían mucha sustancia política. En cambio Bartlett se mantuvo en una línea ideológica al cuestionar severamente al llamado PRIAN, que desde entonces empezaba a gestar la reciente reforma energética, misma que el ex gobernador de Puebla tiene impugnada ante la SCJN.

Las partes más álgidas de esos debates se dieron en dos noticieros radiofónicos, cuando en una emisión del programa de Iván Mercado el ex gobernador de Puebla calificó a su adversario de ser un “achichincle” del entonces presidente Felipe Calderón y en reacción, Lozano quiso revivir la historia del llamada “caída del sistema”, en relación a lo sucedido en el proceso electoral de 1988, cuando Bartlett era secretario de Gobernación.

En un segundo intercambio de ideas, ahora en el noticiero de Carlos Martín Huerta, el entonces candidato del PT insistió en revisar la trayectoria de su contrincante del PAN, a quien calificó como el peor secretario del Trabajo de los últimos años, de ser un personaje perseguido por la sombra de la corrupción, de hacer negocios con la defenestrada líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, y por ser coresponsable de la tragedia de la mina de Pasta de Conchos, ocurrida el 19 de febrero de 2006 en San Juan de Sabinas, Coahuila.

“¿Entonces es un asesino, no?”, se preguntó Bartlett en la entrevista radiofónica, al cuestionar que Lozano poco o nada hizo para castigar –en su papel de secretario del Trabajo en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa– a los responsables de la muerte de más de 60 mineros de Pasta de Conchos.

Esa expresión de Manuel Bartlett detonó la ira de Lozano, quien en el mismo noticiero amenazó que en respuesta en los próximos seis años iba traer a “trapazos judiciales” a su adversario político, pues lo iba demandar por daño moral, situación que cumplió bajo el argumento de que esas expresiones afectaban negativamente su decoro, su honra y derechos de personalidad.

Hace un año se produjo la primera sentencia, a favor de Lozano, la cual estuvo envuelta en la sospecha de que la presión política ejercida desde el Poder Ejecutivo estatal provocó que la balanza se cargara contra Bartlett, quien impugnó ese fallo.

Ahora el Tribunal Superior de Justicia tiene una “papa caliente” en las manos, y tendrá que demostrar qué tan independiente es para resolver con imparcialidad este caso entre dos políticos polemistas, que representan dos modelos de país totalmente contrarios y que son figuras nacionales.

Una de las razones por la cual se alargó tanto el fallo es que los primeros magistrados a los que les tocó resolver este asunto, Margarita Palomino Ovando y León Dumit Espinal, prefirieron exculparse del caso al reconocer que tienen una relación de afecto con Manuel Bartlett.

Ahora ha quedado en manos de los magistrados Joel Sánchez Roldán, Manuel Nicolás Ríos Torres y Miguel Ángel Sánchez Zavaleta resolver uno de los casos más polémicos de los últimos años.

http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2014/10/30/en-estos-dias-se-defina-si-meza-se-va-de-puebla-o-lozano-pide-licencia-como-senador/