Intimidan comandos clandestinos a automovilistas poblanos

Por Status | Jueves, Febrero 26, 2015

                 

Una nueva y preocupante moda empieza a ser motivo de alerta para automovilistas que circulan por las principales vías de la capital y zona conurbada: la operación de comandos clandestinos.

Se trata de un grupo de hombres armados, con corte y pinta de militares, que circulan en camionetas blancas sin placas, logos o algún distintivo oficial.

Su modo de proceder, extraño sin duda, es el siguiente:

Eligen a quienes circulan en autos caros o considerados “de lujo”.

Sin mayor protocolo se le cierran al conductor previamente seleccionado impidiendo su circulación.

Les muestran armas largas y lo obligan a bajar del vehículo.

Hacen caso omiso a los naturales cuestionamientos de quienes sufren semejante abuso.

Durante el proceso se niegan reiteradamente a identificarse o  a referir si son parte de alguna corporación policíaca o instancia oficial.

Lógicamente, visten de civil.

De manera violenta, estos individuos someten al “elegido” a un intenso interrogatorio.

Sin dejar de mostrar sus armas en ningún momento, piden identificación y preguntan si el domicilio que ahí aparece es el lugar en donde viven.

Si no lo es, exigen conocer la dirección.

Se interesan especialmente en el número de integrantes que componen la familia y la actividad profesional que desempeña el incauto.

Después, registran el vehículo.

Lo revisan todo sin informar qué carajos es lo que están buscando.

Es evidente que no se trata de un asalto.

No se llevan nada y después de unos minutos de auténtico pánico, dejan ir al “detenido”.

Los dos últimos casos que se conocen tuvieron lugar el martes y el viernes de la semana pasada.

El primero de ellos ocurrió a las 22:30  en plena vía Atlixcáyotl.

El segundo se registró el viernes a plena luz del día, a las 9 de la mañana sobre Periférico.

¿Quiénes son estos oscuros personajes?

¿A qué intereses responden?

¿Por qué la extraña lógica de su proceder?

Si se trata de operativos oficiales encubiertos, que pretenden detectar la presencia de armas, drogas o conductas potencialmente delictivas, tendrían que informar al ciudadano de los motivos por los cuales está siendo revisado y los alcances de las acciones a tomar.

De ser así, las violaciones a los procedimientos y protocolos son atroces.

Si se trata de personajes relacionados con el crimen, entonces el problema es mucho mayor.

El objetivo pudiera ser entonces el hacerse de información personal de poblanos con aparente buena posición económica para utilizarse en la comisión de asaltos a domicilios, extorsiones o potenciales secuestros.

Como está el país, las posibilidades son infinitas.

Si fuera esta la realidad, lo que de verdad alarma es el hecho de que estos grupos operan con absoluta impunidad y las autoridades parecen no saberlo o de plano no quieren enterarse.

¿Quién los protege y a cambio de qué?

En un estado en donde de acuerdo con cifras oficiales federales, delitos como el secuestro y la extorsión crecen exponencialmente, el que existan estos comandos clandestinos actuando como lo hacen, es ya motivo de alarma justificada entre la ciudadanía y debería de ser, por lo menos, causa de preocupación oficial.

¿No será que ellos saben cosas que nosotros no?

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