En breve, Madero y Moreno Valle medirán fuerzas rumbo a 2018

Por El Universal | Domingo, Abril 19, 2015

En política —todos lo saben—, no existen las casualidades. Y en tiempo de elecciones las hojas del árbol se mueven si y sólo si a causa de los vientos electorales.

Por eso no es casual que —en los hechos y de manera inédita—, asistimos a dos procesos electorales simultáneos; el de las intermedias de 2015, en donde se elegirán nueve gobiernos estatales y se renovará la Cámara de Diputados —entre muchos otros cargos locales—, y la impensable sucesión adelantada para 2018.

Más aún, la escaramuza que hoy protagonizan los presidenciables rompió el récord de toda sucesión adelantada; marca que impuso en su momento el destape de Vicente Fox, el 7 de julio de 1997, horas después de concluida la elección intermedia de ese sexenio.

Pero antes de preguntar “por las manos que mecen la cuna” en la pelea por 2018 y por los personajes o grupos detrás de la guerra sucia desatada, vale meditar sobre las razones que catalizaron la adelantada carrera presidencial.

¿Por qué está en marcha —en todos los partidos—, la contienda por las presidenciales de 2018, si apenas asistimos al arranque de las campañas intermedias de 2015? ¿Qué eventos políticos, decisiones o fallas de gobierno aceleraron la carrera presidencial? ¿De verdad son tiempos para iniciar la disputa para 2018?

¡SE ACABÓ EL SEXENIO! La respuesta está a la vista de todos.

Cada vez son más los indicios de que ante el descalabro en la imagen y la confianza del gobierno federal, también se acabaron los estímulos políticos para esperar grandes cosas del gobierno de Enrique Peña Nieto en los años que restan de su gestión, que apenas llega a medio trecho.

Es decir, que ante los vacíos de poder, la ausencia política, la debilidad del gobierno federal y la desconfianza social, se cumplió la “ley de la capilaridad política”. ¿Y cuál es esa ley? La que establece que el vacío no existe porque siempre es llenado por la fuerza emergente inmediata.

 

Dicho de otro modo, que ante los vacíos de poder, la debilidad política del gobierno de Peña, la desconfianza social y una errática comunicación social del gobierno de Peña Nieto, los espacios fueron llenados por la percepción social de que el gobierno federal no puede con el paquete, que es un gobierno menor, fallido, sin credibilidad y que tropieza un día sí y otro también.

 

Pero si a la anemia del gobierno de Peña Nieto suman la desconfianza y el descrédito social y se agrega el desencanto de no pocos mexicanos que piensan que el sexenio llegó a su fin, entonces el coctel resulta perfecto para adelantar la carrera presidencial. ¿Por qué?

 

Porque si no hay futuro en el gobierno en turno, son muchos los estímulos para trabajar rumbo a las presidenciales de 2018.

 

 

 

EN EL PRI SE SACAN LOS OJOS. Por eso la carrera está desatada entre las izquierdas —en donde pelean a muerte AMLO y Mancera—, mientras que en el PAN se avecina un mortal “choque de trenes”, ya que cada vez es más feroz la contienda entre el actual presidente del partido, Gustavo Madero, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, además de que Margarita Zavala, esposa del ex presidente Calderón, aún sigue con posibilidades de buscar la presidencial.

 

Por si algo faltara, en el PRI la sucesión adelantada está incontenible, a pesar de que se trata del partido en el poder y que supuestamente “los suspirantes” debieran estar comprometidos con el gobierno en turno.

 

Pero en el PRI la guerra es aún más descarnada. ¿Por qué? Porque por pura casualidad el tricolor es el partido que más suspirantes presidenciales tiene y en donde más se ha resentido el final adelantado del sexenio. Como saben, en la lista de presidenciables del tricolor aparecen, entre otros, “los hombres del Presidente”, Miguel Osorio y Luis Videgaray. En ese mismo rango están el poderoso diputado Manlio Fabio Beltrones, a quien muchos ven como el verdadero adversario de La Triada de la casa presidencial.

 

Pero no es todo. Como un fuerte adversario sigue al frente el activo gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, a quien también tratan de zancadillear con frecuencia los integrantes de La Triada, ya que lo ven como uno de los más fuertes contendientes para 2018.

 

LOS MISILES. Y en esa pelea de todos contra todos sobresalen los misiles envenenados lanzados por el perdedor de siempre, Andrés Manuel López Obrador, contra Miguel Mancera, el también activo jefe de Gobierno del Distrito Federal. En ese caso es evidente que la Morena de AMLO vive una notable caída en las preferencias en la capital del país y que, por eso, trata de culpar de la debacle a Mancera.

 

Sin embargo, el misil lanzado por AMLO se convirtió en la mejor promoción que haya tenido Mancera, quien de golpe y porrazo quedó colocado a la altura del tabasqueño y, habilidoso como resultó para la política, Mancera se dio el lujo de arrancar su proselitismo en una cacareada reunión con los jornaleros de San Quintín. ¿Y qué pitos toca Mancera con esos jornaleros? Los pitos de la sucesión presidencial, los mismos que lleva tocando durante más de 15 años el señor López Obrador.

 

Pero el misil más virulento —por hueco y envenenado—, es el que lanzó contra Miguel Osorio un semanario especializado en inventar supuestas exclusivas que en realidad terminan como joyas de la difamación, la calumnia y el vuelo libre. ¿Por qué el misil envenenado contra el secretario de Gobernación?

 

Porque a querer o no, Miguel Osorio sigue con fuertes posibilidades rumbo a 2018, a pesar de la renuncia estratégica que le propuso al presidente Peña Nieto. Y es que, como todos saben, el cuento de que es propietario de casas en Las Lomas terminó exhibiendo que la prensa militante se vende al mejor postor, sea de la izquierda extrema, sea de la derecha radical.

 

Pero la andanada lanzada contra el titular de Gobernación parece ser apenas una probadita de lo que viene. Desde distintos frentes del activismo político se comenta que se estaría armando un misil de alto tonelaje contra Miguel Osorio, por la vía de los “parientes incómodos”.

 

Otro ejemplo es el misil que desde el Distrito Federal lanzaron manos perversas —también apoyadas en un periódico de corte amarillista—, contra la candidata del PRI al gobierno de Sonora, Claudia Pavlovich. En este caso el golpe directo era para la candidata priísta que encabeza las encuestas, pero en el fondo el golpe es contra Manlio Fabio Beltrones, el padrino de esa candidatura.

 

Pero la guerra electoral apenas empieza. Aún veremos mucha agua y muchos escándalos correr bajo el puente. Al tiempo.

 

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